Aún estamos a tiempo para comprar unas cuantas cosas y preparar un buen plato para mañana. El abuelo quiere comer algo sabroso y tierno, fácil de preparar pero con presencia y se atreve con unas CODORNICES CON SETAS.
No tengo que explicar, supongo, que toda esta cocina es de crisis, de pensionista o semi-pensionista, de single, de mucho cariño y de pocos recursos, así que como es lógico las codornices son normales y las setas envasadas. Los que tengáis las suerte de conseguir codornices salvajes y setas silvestres frescas, tendréis un mayor sabor en esta propuesta.
- 8 Codornices
- 1 Bolsa de Setas
- Medio vaso de Vino Blanco
- Dos cebollas medianas.
- Unos dientes de ajo.
- Unas zanahorias
- Un pimiento verde
- Un tomate maduro
- 1 Hoja de Laurel.
- 1/2 pastilla de caldo.
- Sal y Pimienta
- Aceite de oliva.
Las
codornices que compramos en los supermercados vienen ya limpias
de plumaje, pero una más no vendrá mal para que la presentación sea mejor, sobre todo hay que mirar en las alas y las patas. Después de un pequeño lavado, están preparadas para seguir. Salpimentamos y
doramos en una sartén con tres o cuatro cucharadas de aceite de
oliva.
Lo primero que vamos a hacer es dorar las codornices en la sartén con un poco de aceite. Cuando veamos que se van dorando, añadimos las setas y las rehogamos a fuego medio bajo junto con las codornices, solo unos cinco minutos para que queden tiernas y no secas. Pasados los cinco minutos colocamos las codornices y las setas en una cazuela
amplia.
En esa misma
sartén doramos y pochamos los pimientos, la zanahoria, la cebolla, los ajos y el tomate, todo ello muy picado y limpio. Yo lo incorporo al aceite caliente en el orden que lo he puesto, porque unos ingredientes se hacen antes que otros. Si queremos que esta salsa nos quede muy fina, podemos pasarla por la batidora, sino, así estará bien, a gusto del consumidor.
Volcamos la salsa sobre
las codornices que teníamos en la cazuela y añadimos el vino
blanco, la hoja de laurel, sal y la media pastilla de caldo. Agua hasta cubrir todos los ingredientes y fuego medio-bajo durante sesenta minutos con la cazuela semi-tapada para que vaya evaporando.
Aquí es cuando los mimos y el cariño hacen que de vez en cuando vigilemos como va haciéndose el estofado y vamos probando para buscar el punto de sal, moviendo un poquito con tiento por si hay que sacar o dejar un poco más la cazuela en el fuego pero con cuidado para que no se nos rompan las codornices que quedarán muy tiernas.
Mientras se hacían las codornices, he tenido tiempo de sobra para cortar unas patatas en cuadraditos, y después de freírlas en la sartén, acompañar el plato de Codornices con setas.
Si cuando llegan los invitados a casa, al pasar por la puerta de la cocina dicen "hummm que bien huele"... estamos salvados, el plato de hoy seguramente será un éxito. ¡Que aproveche!.